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Qué es la Sextorsión y cómo perjudica a los jóvenes?

02 mayo 2024 | EL FINANCIERO/

Bastó una palabra de una extraña en las redes sociales: “Hola”.

Jordan DeMay leyó ese saludo en Instagram a las 10:19 p.m. del jueves 24 de marzo de 2022. Acababa de despedirse de su novia y se dirigía a casa para hacer las maletas: al día siguiente dejaría el frío de Michigan para pasar las vacaciones de primavera en Florida.

“¿Quién eres?”, respondió.

Alto, atlético y rubio, Jordan era una estrella del fútbol americano y del baloncesto en la preparatoria Marquette Senior High School. El joven de 17 años, elegido también rey estudiantil, a menudo recibía solicitudes de amistad en las redes sociales de chicas desconocidas.

El mensaje era de Dani Robertts. Su foto de perfil mostraba a una adolescente con una linda sonrisa y cabello castaño, abrazando a un perro pastor alemán. Dani le dijo a Jordan que era de Texas pero que estudiaba en Georgia, y que tenían un amigo en común. Comenzaron a textearse.

Cerca de la medianoche, Dani empezó con el coqueteo y le dijo a Jordan que le gustaban “los juegos sexys”. Luego ella le envió una foto desnuda y le pidió una a cambio, una “foto sexy” con su rostro. Jordan fue hasta el baño, se desvistió y se tomó una selfie en el espejo. Presionó enviar.

“Tomé una captura de pantalla de todos tus seguidores y tags, puedo enviar esta foto a todos y también enviarla a tu familia y amigos hasta que se vuelva viral”, escribió Dani. “Todo lo que tienes que hacer es cooperar conmigo y no te exhibiré”.

Minutos después añadió: “Tengo todo lo que necesito ahora mismo para hacerte la vida imposible, amigo”.

La persona que amenazaba a Jordan conocía su escuela, su equipo de fútbol americano, los nombres de sus padres, su dirección. Había creado collages de fotografías de su familia y amigos y había pegado en el centro la foto de Jordan desnudo. Una captura de pantalla mostraba la selfie en un mensaje directo dirigido a su novia. Dani le dijo a Jordan que tenía 10 segundos para pagar o enviaría el mensaje.

“¿Cuánto?” respondió Jordan.

Dani pidió 300 dólares. El chico transfirió el dinero a través de Apple Cash y suplicó que lo dejara en paz. Pero no fue suficiente, ahora Dani quería 800 dólares. Jordan envió una captura de pantalla de su cuenta bancaria que mostraba un saldo de 55 dólares y ofreció enviar todo lo que tenía

“No hay trato”, replicó Dani.

Para las 3 a.m., Jordan se estaba desmoronando.

Jordan: ¿Por qué me haces esto?

Estoy suplicando por mi vida.

Dani: 10… 9… 8…

Apuesto que tu novia te dejará por otro.

Jordan: Estaré muerto.

Quiero morirme.

Dani: Anda. Veré tu miserable muerte.

Jordan: Se acabó. Tú ganas….

Me mataré ahora mismo. Por ti.

Dani: Bien. Hazlo rápido.

O te obligaré a hacerlo.

Lo juro por dios.

Sextorsión, al alza

El National Center for Missing & Exploited Children (Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados, con siglas NCMEC) opera desde 1998 un sitio para reportar incidentes de explotación infantil en línea. A principios de 2022, sus analistas advirtieron un patrón alarmante: comenzaron a recibir cientos de denuncias desde todo Estados Unidos que distaban mucho de los casos típicos.

Por lo general, en una práctica conocida como grooming, los depredadores (hombres de mayor edad) pasan meses estableciendo lazos de amistad con niñas para persuadirlas de enviar fotos desnudas y obtener así una satisfacción sexual. Pero en estos nuevos reportes, chicos adolescentes estaban siendo engañados por personas que simulaban ser chicas adolescentes que enviaban, ellas primero, una foto sin ropa. La extorsión ocurría casi de inmediato, a veces en cuestión de horas. Y no tenía una motivación sexual, los depredadores querían dinero. Todos los extorsionadores decían lo mismo: “Arruinaré tu vida”, “Lo haré viral”, “Responde rápido, el tiempo corre”, “Tengo lo que necesito para destruir tu vida”.

En enero de 2022, el NCMEC recibió 100 reportes de extorsión sexual por motivos económicos. En febrero eran 173, en marzo, 259. Las cifras crecían tan rápido y el guion era tan similar que los analistas lo notificaron a Lauren Coffren, directora ejecutiva de la división de niños explotados del centro. En 2023, después de que el centro pidió que las plataformas comenzaran a monitorear el delito, el NCMEC recibió más de 20 mil reportes de este tipo.

La ruta al suicidio

Este chantaje, que el FBI llama sextorsión, se ha convertido en uno de los delitos contra menores de más rápido crecimiento en Estados Unidos, según la agencia. De acuerdo con el FBI, entre octubre de 2021 y marzo de 2023, al menos 20 menores, principalmente varones, se suicidaron después de ser víctimas de extorsión (desde entonces se han reportado siete suicidios más relacionados con la sextorsión, el último este enero). El delito está “simplemente fuera de control”, dice Mark Civiletto, agente especial en la oficina del FBI en Lansing, Michigan. “Es algo que afecta a todos los vecindarios del país”.

Los extorsionadores se han centrado en el método de explotar la vergüenza y la humillación de los jovencitos. Y las redes sociales les ofrecen una puerta directa a los adolescentes.

El año pasado, una encuesta de Snap Inc. entre más de 6 mil jóvenes usuarios de redes sociales en seis países, incluido Estados Unidos, reveló que casi la mitad dijo haber sufrido sextorsión en línea. Un tercio de ellos admitió haber compartido una foto íntima.

Hay incluso guías sobre cómo cometer este tipo de extorsión en TikTok y YouTube, en clara violación de las normas comunitarias de estas plataformas. Ambas compañías dijeron que habían eliminado las publicaciones relacionadas con esta estafa, pero aún hay contenido disponible.

A finales de enero, los directivos de las plataformas más grandes del mundo, entre ellas Meta, Snap y TikTok, fueron citados en el Congreso para responder cómo sus empresas habían puesto en peligro a una generación de niños. Les hicieron preguntas sobre los algoritmos adictivos y las tasas de suicidio juvenil, así como el repentino aumento de la sextorsión. En un momento de la audiencia, a Mark Zuckerberg, CEO de Meta Platforms Inc., propietaria de Instagram, se le pidió que dirigiera unas palabras a las docenas de padres desolados sentados en la galería, quienes sostenían fotografías de sus hijos muertos. “Lamento todo lo que han pasado”, les dijo.

Todo comenzó con el disparo

El viernes 25 de marzo de 2022 una llamada del 911 sonó en la radio de la oficina del sheriff en la ciudad de Marquette a las 7:40 a. m.: “17 años, suicidio, disparo”. Los detectives Lowell Larson y Jason Hart se miraron con sorpresa. Los suicidios de adolescentes eran muy raros.

Llegaron al lugar a los pocos minutos: Jordan estaba sentado en su cama, apoyado contra una pared salpicada de sangre. Su brazo izquierdo colgaba del colchón y en su mano derecha sostenía una pistola. Su teléfono celular estaba en su regazo y la pantalla se iluminaba con mensajes.

El “qué” del caso ya estaba claro, recuerda Larson. Era el “por qué” lo que le preocupaba. Jordan no tenía antecedentes de depresión o enfermedad mental. Todo indicaba que Jordan, tras irse a la cama, tenía la intención de despertar.

Kyla Palomaki estaba en clase pero no podía concentrarse. Los mensajes de texto que enviaba a su novio no llegaban. Seguía releyendo el último mensaje críptico de Jordan, enviado a las 3:30 a. m.: “Kyla, te amo mucho. Cometí un error y desearía poder continuar, pero ya no puedo. Esta fue una decisión que tomé y debo pagar”.

Jordan y ella se habían despedido alrededor de las 10 de la noche anterior. ¿Qué error pudo haber cometido en las primeras horas de la mañana?

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