CONCLUYE EN BAJA CALIFORNIA, CARAVANA MIGRANTE DE CENTROAMERICANOS
Jorge Heras y Antonio Heras/Lindero Norte
Mexicali,Baja California,25 abril 2018/.- Con un contingente de 175 centroamericanos concluyó el Viacrucis del Migrante que realizó durante 30 días un trayecto de 4 mil kilómetros desde Tapachula, Chiapas, hasta Tijuana, Baja California.
En su último tramo, los migrantes partieron en tres autobuses durante la noche de este martes para llegar a Mexicali a las 13 horas, su última escala antes de Tijuana, situada 162 kilómetros al poniente.
De los mil 500 integrantes iniciales de la caravana solo llegaron la frontera con California 347 hombres, mujeres y niños en tres grupos de familias enteras y un grupo de 50 personas integrantes de la comunidad LGTB.
El activista Tristan Call, voluntario de la organización Pueblos Sin Fronteras, quien realizó el acompañamiento de este contingente que concluyó su viaje en autobús, dijo a Lindero Norte que se trata del último grupo de la caravana toda vez que 200 migrantes solicitaron al gobierno mexicano quedarse en Sonora y regularizar su sitiación migratoria.
Advirtió que durante los siguientes tres días se les capacitará a los migrantes sobre las peticiones de asilo político y demás trámites que deberán efectuar a partir del domingo siguiente ante oficiales y fiscales de migración de Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump busca castigar a los más desprotegidos y a las organizaciones que defienden, protegen y orientan a los migrantes por razones de humanidad.
Un día antes, el 29 de abril, en la Línea Internacional de San Ysidro-Tijuana se reunirán el Viacrucis del Migrantes en Lucha con la Marcha Sin Fronteras que salió del condado de Orange, al norte de California, para protestar por las políticas antimigrantes de Trump, la deportación masiva,a miliarización de la frontera y la construcción del muro.
Por estrategia decidieron abandonar la idea de viajar en el tren carguero conocido como La Bestia o El Burro, ante las altas temperaturas, las condiciones del traslado y la obtención de apoyos de autobises.
El tercer grupo de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, beliceños y nicaragüenses del Viacrucis del Migrante está integrado por 70 hombres. 55 mujeres. 25 niños y 25 adolescentes, de acuerdo al censo de Pueblos sin Fronteras y a la Dirección de Migración del gobierno estatal que dio a conocer Gustavo Magallanes a Lindero Norte.
Antes de dirigirse a Tijuana, los migrantes descansaron un par de horas en el albergue Alfa y Omega del centro histórico de Mexicali, donde el sector Salud les atendió clinicamente, se les ofreció agua, medicamentos y alimentos.
En esta frontera se concentran 347 migrantes centroamericanos, la mayoría hondureños, entre los que se encuentran 120 menores de edad, que pedirán asilo politico al gobierno de Donald Trump, tal y como 18 de ellos lo hicieron en la garita de San Ysidro, California, cuya situación migratoria se desconoce.
MIGRAR, ÚNICA OPCIÓN DE VIDA
Carla Patricia González, originaria de Colón, Honduras, señala que la unica opción de vida es migrar por la situación difixil, dura, en ese país, donde no hay fuentes de trabajo, ni forma alguma de ganarse la vida.
Madre soltera, viajó a la frontera solo con un bebé de un año que se enfermó durante dos días del estómago y fiebre, mientras que sus otros dos hijos, de 6 y 10 años, decidieron quedarse con su abuela.
Señala a Lindero Norte que busca llegar a Estados Unidos para tener trabajo que ayude a la manutención de sus hijos y padres, puesto que su papá llegó a una edad en la que ya no puede laborar.
Ángel Javier Rivera, albañil de San Pedro Sula, Honduras, expresa que su viaje es por mejorar su vida pues allá no hay trabajo y cuando hay no alcanza para sobrevivir.
Comenta que los maras están en todas partes, principalmente en San Pedro Sula, Tegucigalpa y La Ceiba, por lo que decidió salir con su esposas y sus dos hijos de tres y un año para radicar en México pues no les interesa cruzar a Estados Unidos.
“Uno busca oportunidades de vida porque en Honduras solo hay economía para los grandes, no para los trabajadores, además que hay inseguridad para todos, jóvenes y adultos” señala Cristóbal Cruz, oriundo de Tegucigalpa, trabajador de la construcción, que inició su periplo con su mujer y su hijo de 15 años de edad.
Narra que los mas difícil fue montarse en el tren, bajarse, caminar con maletas por tramos de 15 kilometros y siempre cuidando a su familia de algún malandro. Asegura que cruzará a Estados Unidos para que su hijo wstudoe, se prepare, sea hombre de bien y se olvide de lo que vivió en Honduras.
En entrevistas por separado a Lindero Norte, los tres coincidieron en señalar que México y sus habitantes los recibieron con los brazos abiertos durante su trayecto desde la frontera sur hasta el norte. “Es una bendición” señala Carla, al tiempo que Ángel advirtió que con su familia se quedará a radicar en Tijuana, a diferencia de Cristóbal que confía en que Dios decida su destino pues es quien les ha quitado las barreras a su familia y a la caravana.