RECORD DE INFECCIONES DE COVID 19 EN SAN DIEGO, CALIFORNIA

El condado anunció un récord de 26 muertes relacionadas con COVID-19 el martes en medio de advertencias de que la capacidad de camas de los hospitales está disminuyendo.

Aunque las últimas muertes no ocurrieron todas en un día, representaron la mayor adición de un día al total de COVID-19 de la región. Las edades oscilaban entre los 56 y los 98 años y todos tenían otras condiciones subyacentes presentes además de dar positivo en las pruebas de infección por coronavirus.

Y, solo el 20 por ciento de las camas disponibles en la unidad de cuidados intensivos permanecían desocupadas en todo el condado de San Diego, con 140 de 684 disponibles para pacientes adicionales. El total de nuevos casos del martes fue de 1276.

Natasha Martin, una experta en modelización de enfermedades infecciosas de la UC San Diego, dijo a los supervisores del condado durante una actualización quincenal de COVID-19 que con las tasas de admisión actuales, los modelos predicen que las unidades de cuidados intensivos locales alcanzarán su plena ocupación tan pronto como la próxima semana, y que las camas de hospital probablemente alcanzarán un estado similar para Navidad.

Dado que las admisiones en hospitales y en cuidados intensivos tienden a retrasar la infección entre dos y tres semanas, no hay mucho que se pueda hacer en este momento para evitar la oleada de hospitalizaciones que está a punto de llegar, sobre todo porque los totales de nuevos casos han seguido superando con creces la marca de los 1000 durante más de una semana.

Eso no quiere decir que no se puedan tomar medidas para repartir la carga. Los hospitales podrían intensificar la tendencia actual de retrasar las cirugías y otros procedimientos que no son de emergencia, o podrían, con la cooperación del departamento de salud del Estado, considerar la posibilidad de utilizar las camas de hospital de campaña ya instaladas y en espera en el Centro Médico Palomar Escondido.

Los funcionarios del condado no respondieron el martes a las solicitudes de más información sobre cómo la capacidad del hospital será administrada colectivamente hasta finales de 2020.

“Si vemos una reducción sustancial en la movilidad y el movimiento, combinada con una alta adherencia a los cubrebocas, podríamos ver un impacto muy fuerte”, dijo Martin.

Ese mensaje no parecía tener mucha tracción con un público muy frustrado. Muchos llamaron durante la reunión del martes para expresar su descontento por los efectos del cierre, que ha traído consigo niveles aún más significativos de dolor emocional y financiero para muchos cuyos trabajos no se pueden realizar de forma remota y para aquellos que se encuentran desconectados de relaciones queridas.

La supervisora del condado Dianne Jacob instó a todos en el condado de San Diego a “mirarse en el espejo” para encontrar a los responsables. Demasiados, dijo, han creído en la narrativa creciente de que la enfermedad no es gran cosa o una fabricación total.

” Solo usa la condenada máscara; es así de simple”, dijo Jacob.

Esas palabras fueron puntuadas más tarde en el día por una estridente Alerta Ámbar que hizo sonar una advertencia de transmisión de COVID-19 a todos los teléfonos móviles de la región.

Ni siquiera los niños que soñaban con parques infantiles podían tener un descanso.

En una votación de 3 a 2, los supervisores del condado negaron una petición del supervisor Jim Desmond para que el personal del condado se abstuviera de hacer cumplir el último cierre de parques infantiles del estado, una medida que forma parte del paquete de cierre más amplio que estará en juego durante tres semanas porque la disponibilidad de la unidad colectiva de cuidados intensivos del sur de California bajó a menos del 15 por ciento.

Desmond argumentaba que cerrar los lugares donde muchos de los más jóvenes queman la energía acumulada es simplemente un paso en falso. Cuando se le ofreció la oportunidad de retirar su moción cuando se hizo evidente que no tenía el respaldo de suficientes colegas, el supervisor la rechazó.

“Creo que esto es muy importante para nuestra comunidad, para nuestros niños, y estoy obligado a hacerlo”, dijo Desmond.

La mayoría, sin embargo, no tenía el estómago para desobedecer al gobernador.

“Desafiar estas órdenes del estado, no solo me parece irresponsable, sino que nos pone en una posición de desobediencia civil”, dijo Jacob.