¿ Qué provocó el apagón de eléctrico en España y Portugal. Las enegías renovables podrian ser la causa?
Antecedentes
En enero de 2025, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) alertó sobre problemas para el control de tensión en la red eléctrica, advirtiendo que la alta penetración de renovables junto con una demanda reducida estaba provocando elevadas oscilaciones en los niveles de tensión, lo que podría desembocar en apagones.[18]
Durante la Semana Santa de 2025, los precios de la electricidad en España bajaron tanto que varias centrales nucleares decidieron parar su producción.[19][20] Esto ocurrió porque las energías renovables, como la solar, la eólica y la hidráulica, que son muy baratas, produjeron mucha electricidad, y al mismo tiempo, la demanda bajó porque mucha gente estaba de vacaciones. De hecho, durante unas horas al día, el país era capaz de producir con renovables una mayor cantidad de electricidad de la que necesitaba, exportando el excedente a los países vecinos. Por primera vez, además, España utilizaba solo tres de los siete reactores nucleares nacionales. Uno estaba en mantenimiento, y los otros tres se apagaron porque no era rentable seguir produciendo energía con precios tan bajos.[21][22][2
EL PAÍS/04 DE MAYO 2025/
La información disponible apunta a un fallo sistémico de la red. Enumeramos las preguntas todavía sin respuesta
En la mañana del martes 29 de abril España recuperó el 99% del suministro eléctrico.El Gobierno de España declaró una crisis de electricidad tras la interrupción de suministro eléctrico e inició los trabajos para recuperar el suministro.
Qué ha provocado la caída del sistema?
Ni Pedro Sánchez, ni Prieto, ni ninguna fuente oficial han explicado qué ha causado este inédito cero energético. “No vamos a especular”, insisten fuentes oficiales del Gobierno. Sánchez, en su breve comparecencia sin preguntas, ha insistido en que no se propague “información de dudosa procedencia”.
La luz regresó en diversas zonas del país,pero el asegura que no hay datos concluyentes sobre las causas y no descarta ninguna hipótesis
El lunes alrededor de las 12:33 la red eléctrica colapsó. Uno o más eventos todavía por determinar causaron una cadena de problemas que —en cinco segundos— desencadenó la desconexión con Europa y tumbó el suministro.
.El peor apagón eléctrico de la historia reciente de España provocó este lunes un aluvión de problemas en la actividad de comercios e industria, comunicaciones móviles, carreteras, trenes y aeropuertos, colegios y centros sanitarios. Pasado el mediodía, millones de ciudadanos de España —salvo en las islas— y Portugal, vieron de repente cómo luces y aparatos dejaban de funcionar, y gestos como mandar un mensaje y llamar por teléfono móvil, o incluso consultar internet, se volvían imposibles. Lejos de ser un fallo puntual, como la mayoría esperaba en un primer instante, la situación se prolongó durante largas horas en las que dos grandes preguntas sobrevolaron la escena: cuál había sido la causa del incidente, y cuánto tiempo iba a durar.
En plena crisis geopolítica global, las especulaciones sobre un ciberataque no tardaron en aparecer. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, informó en una comparecencia en Moncloa que no existe “información concluyente” sobre lo sucedido. En su segunda intervención, al filo de las once de la noche, Sánchez informó de que se había restablecido casi el 50% del suministro. “Prácticamente, todas las comunidades autónomas registran mejoría”, dijo. Y anunció que se liberarán reservas estratégicas de petróleo para tres días con el objetivo de garantizar el suministro energético.
Mientras el ciudadano de a pie aguardaba respuestas impaciente, España se adentraba en la era analógica y retrocedía al siglo XIX de golpe y porrazo. Semáforos fuera de servicio, atascos kilométricos, peatones deambulando en caminatas inacabables ante la falta de transporte público y haciendo gestos a los coches de que se detuviesen para cruzar la calle sin ser atropellados, autobuses llenos a reventar en los que alguno se hacía hueco a empujones nada más abrirse una puerta, familiares desesperados por comunicarse entre sí para acordar cosas tan elementales como quién recoge al niño del colegio, hospitales a medio gas donde primaban las intervenciones urgentes y se aplazaban las ordinarias, pasajeros sin tren ni vuelo, rescates en metros y ascensores, frigoríficos de restaurantes y hogares descongelándose, colas en pequeños comercios por el cierre de supermercados, cajeros de los que no se podía sacar dinero, pagos solo en efectivo, y transistores a pilas a pleno rendimiento para informarse eran parte del inesperado paisaje de un lunes que había amanecido tan normal como cualquier otro.
Aunque se ignora el por qué, si hay más detalles sobre el cómo ocurrió. Según Red Eléctrica, la empresa pública española responsable de las conexiones, a las 12.32 horas se detectó “una oscilación muy fuerte en los flujos de potencia” de las redes eléctricas debida a una pérdida de generación, es decir, a una caída en la producción de electricidad. La pérdida de potencia estuvo motivada por la desaparición durante cinco segundos de los 15 GW de generación (equivalentes al 60% de la generación eléctrica), por lo que el colapso desencadenó la desconexión del sistema eléctrico español del europeo, que se basa en una interconexión con Francia.
Los cortes de luz se fueron solventando paulatinamente según avanzaba el día, pero con lentitud. Las autoridades se movían entre el desconcierto por una situación inédita y las recomendaciones a una población desconectada y ávida por volver a sus rutinas interrumpidas, en la que difícilmente podían tener calado esas instrucciones.
Poco antes de las tres de la tarde, Red Eléctrica apuntaba a una recuperación del suministro en un plazo de entre seis y diez horas. Y subrayaba lo insólito del parón: “Nunca había ocurrido algo así, es un incidente absolutamente excepcional”. Bajo la declaración subyace un nuevo riesgo que a partir de ahora ha dejado de ser ficción, el de los apagones, que junto a su impacto millonario y el contratiempo causado a negocios y particulares, transmite una sensación de vulnerabilidad y arroja múltiples dudas. La primera de ellas (y la que más preocupa) si es posible que vuelva a repetirse a corto plazo. Y la segunda, si pudo haberse evitado y cómo, lo cual estaría vinculado además con la asunción de responsabilidades de quienes no anticiparon ese escenario.