Cultura

EL RIO COLORADO, «…HASTA LA ÚLTIMA GOTA..». 22 de Marzo Día Mundial del Agua

22 de marzo 2019/Periódico Extremadura/

La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución A/RES/47/193 por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente

ANTONIO MADRIDEJOS
26/05/2014

Hubo un tiempo no tan lejano en que el río Colorado nacía en las Montañas Rocosas, cruzaba el sureste de EEUU, atravesaba la frontera mexicana y finalmente, tras 2.350 kilómetros de serpenteante recorrido, acababa desembocando en el golfo de California, donde formaba un vasto humedal de gran valor ecológico. Hoy en día, sin embargo, el río se acaba a 150 kilómetros de lo que antaño fue su delta porque los sucesivos embalses que jalonan el valle le extraen hasta la última gota: el tramo final es un cauce seco que solo en dos ocasiones durante el último medio siglo, coincidiendo con dos temporales, ha llevado agua.Resultado de imagen para el rio colorado

Pese a todo, el mítico río que esculpe el Gran Cañón observa el futuro con cierto optimismo gracias a un proyecto de restauración que impulsan asociaciones ambientalistas y científicas de México y EEUU. El agua dulce ha alcanzado esta semana el antiguo delta después de que las autoridades hidrológicas aceptaran abrir de forma excepcional la presa de Morelos, el embalse donde en la práctica, desde 1950, concluye el río. El Colorado nunca recuperará los 640 metros cúbicos por segundo de caudal medio anual que tendría idílicamente en la desembocadura, pero se espera que los aportes excepcionales permitan recuperar al menos 10.000 hectáreas de las ricas marismas.Resultado de imagen para el rio colorado

SALINIZACION «Apenas el 8% de las lagunas originales del delta se han mantenido, y ello gracias a los aportes sobrantes del drenaje agrícola y de las aguas urbanas tratadas», comenta Osvel Hinojosa, director del programa de humedales de Pronatura Noroeste, una de las asociaciones que impulsan la recuperación. De las 12 especies de peces que poblaban la zona antiguamente, por ejemplo, ya solo queda una. Por si fuera poco, el tramo final del Colorado, incluso aguas arriba de la presa de Morelos, está afectado por la salinización y la contaminación ocasionada por los fertilizantes, al margen de haber perdido los vitales sedimentos que antes transportaba.Resultado de imagen para el rio colorado

El Colorado se queda sin agua porque el río y sus afluentes abastecen una vasta región de rápido crecimiento demográfico y con nulos recursos alternativos, además de sufrir una desbocada evaporación natural debida a los desiertos que recorre. Se calcula que unos 30 millones de personas beben del Colorado en ciudades tan destacadas como Las Vegas, Phoenix, Mexicali y, parcialmente, San Diego y Tijuana. Y lo poco del río que queda al llegar a la presa de Morelos se canaliza para alimentar más de 200.000 hectáreas de ricos regadíos en el noroeste de México. De hecho, las infraestructuras construidas a lo largo de la cuenca, algunas tan famosas como las presas Hoover y Glen Canyon, tienen capacidad para almacenar 86.000 hectómetros cúbicos, cuatro veces más que todo el caudal anual medio del río.

La presa de Morelos se abrió el 21 de marzo con el objetivo de liberar durante el mes siguiente unos 130 hectómetros cúbicos y el agua llegó al delta el pasado día 16, aunque lógicamente solo se trató de una pequeña parte del total vertido. La operación se repetirá durante los próximos tres años con el desembalse de 64 hectómetros cúbicos anuales, menos del 1% del caudal medio que el río tenía antes de la construcción de presas, pero lo que sucederá a continuación todavía está lleno de incertidumbres porque, entre otros aspectos, la demanda no para de crecer y la región sufre actualmente una severa sequía.

BIODIVERSIDAD «No planteamos devolver el delta al estado de hace 100 años porque no hay suficiente agua en la cuenca y, además, buena parte de la planicie del delta es ahora zona agrícola muy productiva en el valle de Mexicali. Pero estamos seguros de que existen oportunidades de restauración en la zona con una cantidad modesta de agua. Esto generaría notables servicios para la biodiversidad y para mejorar la vida de las comunidades de la zona», insiste Hinojosa en otro momento. Por ahora, ya han empezado a brotar los miles de arbustos que voluntarios han plantado en las marismas a la espera de la preciada agua. «Se necesitan árboles para que haya pájaros», recuerda Edward Glenn, profesor emérito de la Universidad de Arizona y uno de los primeros impulsores del programa.

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