Robert Prevost, de Estados Unidos, es el nuevo papa de la Iglesia católica: se llamará León XIV
Robert Prevost, de Estados Unidos,con nacionalidad peruana es el nuevo papa de la Iglesia católica: se llamará León XIV
El cardenal Robert Francis Prevost, de 69 años, es el primer Pontífice estadounidense y el número 267 de la Iglesia. Ha pasado gran parte de su ministerio en Perú
EL VATICANO,08 mayo 2025/
VIDEO DEL PERIODICO EL PAÍS
La chimenea de la Capilla Sixtina en el Vaticano emitió humo blanco la tarde de este jueves, lo que indica que el nuevo Papa está decidido.
El nombre del sucesor de Francisco al frente de la Iglesia católica se revelará en breve.
Un total de 133 cardenales, todos con menos de 80 años de edad, se reunieron en la Ciudad del Vaticano, un estado independiente en el corazón de Roma, para elegir al 267º Papa.
mayo 07, 2025 | EL FINANCIERO/
La atención de millones de personas está enfocada en lo que pasa en el cónclave de El Vaticano, mientras observa el color del humo que salga por la chimenea que se instaló para anunciar que los cardenales eligieron a quien será el próximo papa.
El cónclave, como se le conoce al proceso de selección del próximo pontífice, atrajo la atención de miles de creyentes, que mostraron un interés por conocer qué es, cómo se realiza, quiénes participan, entre otras cosas relacionadas. Aunque esta primera ronda de votaciones -tal y como se esperaba- no anunció un acuerdo.
Después de cuatro horas de que inició el cónclave, los miles de personas que se dieron cita en la plaza de San Pedro vieron la primera fumata negra, que significa que los cardenales no habían elegido al sucesor de Francisco.
¿Cuánto puede alargarse un cónclave?
Hay registros de un cónclave que duro casi tres años hasta que los cardenales se decidieron por un nuevo papa, mismo que fue considerado el más largo y tenso de la historia en el Siglo XIII.
Aunque ni la Iglesia Católica ni El Vaticano establecen un periodo máximo para que los cardenales elijan al nuevo papa, sí hay un proceso que en términos coloquiales podría denominarse: ‘muerte súbita’ para que el cónclave concluya.
La votación se realiza cuatro veces al día, dos por la mañana y dos por la tarde, aunque solo sale una fumata negra por votación, en caso de que no se haya elegido al nuevo papa. Si después de tres días no se elige a algún cardenal, entonces se suspende la votación por un día, tiempo que utilizan para la oración, debates informales y una breve exhortación espiritual a cargo del cardenal diácono de mayor rango.
Después del día de reflexión se renuevan las votaciones, en caso de que en siete rondas adicionales no llegue a un consenso se hace otra pausa.
‘Muerte súbita’ para elegir al nuevo papa
Después de este tiempo se retoman las votaciones, todas con el mismo protocolo como la primera
Si después de 21 votaciones no se elige al próximo pontífice se inicia un nuevo periodo de reflexión, pero con el único afán de concluir el proceso, en la próxima votación los cardenales tendrán que decantarse por los dos candidatos más votados en la ronda anterior, así hasta que alguno de los dos obtenga los dos tercios de los votos necesarios para ser declarado papa.
Aclarar que en la ‘muerte súbita’ no participan los dos candidatos finalistas.
«Los primeros 39 papas fueron hombres casados»: cuándo y por qué el celibato se convirtió en una obligación para los clérigos católicos
BBC news mundo 07 mayo 2025/
Cardenales de todo el mundo se encuentran reunidos en Roma para elegir al próximo líder de los 1.400 millones de católicos del mundo.
Técnicamente, cualquier varón cristiano bautizado puede optar al cargo, pero todos los Papas desde 1378 han salido de las filas de los cardenales que eligen al pontífice.
Aunque es difícil predecir quién será el próximo Papa, podemos estar prácticamente seguros de que no será un hombre casado.
La exigencia de que el clero permanezca célibe ha suscitado acalorados debates en el seno de la Iglesia a lo largo de los siglos, y son frecuentes los llamamientos para que se acepte a hombres -y mujeres- casados en el sacerdocio.
Sin embargo, esta insistencia en el celibato no siempre ha sido así: en la primitiva Iglesia cristiana, muchos sacerdotes -y más de un Papa- tenían esposa.
El Vaticano enumera una cadena ininterrumpida de 266 pontífices que comienza con San Pedro, que era un hombre casado (los Evangelios mencionan que Jesús curó a su suegra).
Un artículo publicado en la página web del Vaticano admite que en los primeros años, «los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia primitiva eran a menudo hombres de familia».
«También está claro… que en los siglos siguientes, los clérigos casados, en mayor o menor número, eran una característica normal de la vida de la Iglesia», se lee.
El artículo añade que se conocen papas casados, «por ejemplo el papa Hormisdas (514-23), padre del papa Silverio, su sucesor».
Pero hay muchos historiadores del cristianismo primitivo que creen que Pedro y Hormisdas no fueron los únicos.
«Los 39 primeros papas eran hombres casados», afirma Linda Pinto, copresidenta de un movimiento con sede en Estados Unidos, Catholic for Choice (Católicos por el Derecho a Decidir), que aboga por un sacerdocio inclusivo.
La ex monja -que dejó la Iglesia para casarse con un ex sacerdote- argumenta que no hay ningún requisito explícito de celibato en las enseñanzas de Jesús.
Otros expertos con los que habló la BBC coincidieron en que muchos de los primeros líderes de la Iglesia probablemente tenían esposas.
La profesora Kim Haines-Eitzen, de la Universidad de Cornell (EE.UU.), experta en el cristianismo primitivo, declaró a la BBC que «en la etapa más temprana tenemos pruebas claras de que los clérigos estaban casados».
Sostiene que el cristianismo cambió cuando se extendió desde sus raíces judías al mundo grecorromano y adquirió ideas sobre prácticas ascéticas como el autocontrol, la soledad y el celibato.
Después, el emperador Constantino proclamó el cristianismo como religión del Estado, lo que dio a los papas un papel político activo.
«Los papas eran, por lo general, miembros de familias romanas aristocráticas o amigos de los emperadores alemanes en el poder», explica Niamh Middleton, antigua profesora de teología y filosofía en la Dublin City University.