CORONAVIRUS. LA OTRA NORMALIDAD EN SAN DIEGO, CALIFORNIA
¿La vida en el vecindario alrededor de las avenidas Euclid y University volverá rápidamente a la normalidad? ¿O tomará semanas o meses?
La intersección de las avenidas Euclid y University está empezando a vibrar de nuevo con los motores de los coches y las ondas de la música rap que retumban bajo las conversaciones en chino, camboyano, tailandés, dialectos africanos, español, inglés y árabe.
Una joven madre latina pasea a su hijo pequeño por la acera soleada. Un hombre negro corre junto a hipsters blancos con gafas de sol. Una pareja musulmana con vestimenta tradicional camina por la cuadra mientras dos niños asiáticos en bicicleta se entrelazan con el tráfico.
El miedo al virus y las órdenes de distanciamiento social del gobierno mantuvieron a muchos sandieguinos como estos en casa durante los últimos tres meses. Sin embargo, el bloqueo se está levantando.
En esta cuadra de City Heights, eso significa que más gente se sienta a comer chow mein en Lotus Garden o a comer una hamburguesa en Brooklyn Bar & Grill. La peluquería de los Big Boys a la vuelta de la esquina ha empezado a dar problemas. Incluso el Tower Bar, un santuario de música punk cuyo calendario ha estado congelado durante semanas, abrió sus puertas el viernes para tomar unas copas, si es que aun no hay música en vivo.
El destino de este diverso vecindario de San Diego, como el de muchos otros, está inextricablemente ligado a cómo se desarrolla la peor pandemia en generaciones.
En las próximas semanas, el San Diego Union-Tribune hará una crónica de las historias de la gente que vive y trabaja alrededor de Euclid y la Universidad mientras luchan por un cierto sentido de normalidad.