USÓ PARTIDO VERDE DECENAS DE «EMPRESAS FANTASMAS» PARA CAMPAÑA POLÍTICA
PERIÓDICO EL PAÍS/ZORAYDA GALLEGOS/ 30 JUNIO 2021/
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) envió a 35 empresas fantasma una parte de los recursos que se le asignaron entre 2014 y 2019 para financiar sus actividades ordinarias y costear sus gastos de campaña. En ese periodo, la formación pagó cerca de 133 millones de pesos a compañías que meses o años después de recibir los recursos fueron declaradas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como entidades que facturan operaciones simuladas por no contar con empleados ni infraestructura para realizar sus actividades. Incluso, al menos una decena de ellas estuvo en la mira de la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) tras haber encontrado irregularidades en los informes anuales de gastos que presentó el Partido Verde para respaldar sus transacciones con esas firmas. En el pasado, el INE ya ha impuesto diversas multas al partido debido a las anomalías detectadas en sus procesos de contratación y por alterar sus informes de gastos.
Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) tras haber encontrado irregularidades en los informes anuales de gastos que presentó el Partido Verde para respaldar sus transacciones con esas firmas. En el pasado, el INE ya ha impuesto diversas multas al partido debido a las anomalías detectadas en sus procesos de contratación y por alterar sus informes de gastos.
Los servicios que facturaron las empresas al PVEM son variados, como subcontratación laboral para las brigadas del programa de afiliación; arrendamiento de oficinas; renta de camionetas; reparación de autos; asesoría jurídica; consultorías administrativas; encuestas y servicios de investigación, según la información contenida en una base de datos proporcionada a EL PAÍS por el SAT tras diversas solicitudes de información y cotejada con los reportes de gasto que presentó el partido al INE. Los conceptos descritos en las cientos de facturas también incluyen servicios para costear supuestos gastos de campaña como “financiamiento de propaganda”, renta y colocación de anuncios espectaculares, pinta de bardas, compra de volantes, cubetas de pintura, material impreso, cobertores, termos, bolígrafos, gorras y playeras verdes, así como relojes y llaveros metálicos con el logotipo del partido. Los bienes y servicios no solo fueron contratados por el Comité Ejecutivo Nacional del Partido, sino también por las directivas estatales, como la de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero, Jalisco, Querétaro y Sonora.
Cuestionado sobre estas contrataciones, el PVEM respondió a EL PAÍS que cuando se adquirieron los servicios ningún proveedor se encontraba en el estatus de empresas que facturan operaciones simuladas y que el partido no es responsable si con el transcurso del tiempo los proveedores son incluidos en ese supuesto. “Consideramos que el SAT al emitir un Registro Federal de Contribuyentes, un notario al otorgar fe pública de la creación de una empresa, y los proveedores realizar el registro en el Padrón de Proveedores del INE, otorgan a los Partidos Políticos la total certeza y legalidad de que dichas empresas cuentan con la infraestructura y personal humano para llevar a cabo la contratación de estas sin tener obligación de parte nuestra de cerciorarnos de que estas empresas cuenten con lo cuestionado por usted (personal y la infraestructura para prestar los servicios)”, explicó en un escrito. Las empresas contratadas por el partido estaban inscritas en el Registro Nacional de Proveedores que supervisa el INE, por lo que eran compañías legalmente constituidas, reiteró el PVEM. “Quisiéramos agregar que resulta imposible que el Partido Verde tenga control sobre la situación fiscal de todas las empresas que le venden, ofrecen o brindan productos.
La empresa que facturó el monto más alto al Partido Verde fue Vrunger SA de CV, que cobró 38,3 millones de pesos a través de 41 comprobantes digitales. En 2014, por ejemplo, el Verde contrató a esta firma para que le brindara servicios de propaganda. Durante la revisión que hizo la Unidad Técnica de Fiscalización del INE de los ingresos y gastos que utilizó el PVEM en 2014 para sus actividades específicas y ordinarias, encontró que había proveedores del partido que reportaban operaciones por montos superiores a los que éste les había notificado. En el caso de Vrunger, esta empresa le reportó al INE haberle facturado al Verde 15,1 millones de pesos, mientras que el partido había señalado solo 8,5 millones. Finalmente el PVEM presentó pólizas contables, facturas y contratos que respaldaban esos gastos que inicialmente no habían sido notificados, por lo que el iNE consideró atendida la observación. Cuatro años después, el 13 de noviembre de 2018, el SAT finalmente exhibió a Vrunger en el Diario Oficial de la Federación —el boletín de Gobierno— como una empresa que había simulado sus operaciones.
El PVEM es una formación política que durante 15 años fungió como un satélite del PRI, con el que se alió electoralmente para sostener su permanencia. Anteriormente, en el 2000, ya había hecho mancuerna con el conservador Partido Acción Nacional en los comicios presidenciales. Ahora, nuevamente ha virado sus intereses y se ha vuelto un aliado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido dominante que fundó el presidente, Andrés Manuel López Obrador. El Verde, que ha sido cuestionado por apartarse de la agenda ecologista, ha logrado hacerse de votos con polémicas propuestas como la pena de muerte a violadores o cadena perpetua a secuestradores. También ha sido cuestionado por violar la veda electoral e incitar al voto el día de los comicios, como ocurrió en vísperas del pasado 6 de junio, cuando un grupo de influencers publicó en sus redes sociales una serie de mensajes que promovían el voto a favor de esa formación.