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Rediseño de Espacio Aéreo en Valle de México es»una Bomba de Tiempo».Juez Ordena Suspenderlo

DARIO CELIS/ EL FINANCIERO/

En 1978 una huelga llevó a la disolución de Radioaeronáutica Mexicana S.A. de C.V. (Ramsa). Era una empresa propiedad de PanAm, otrora línea aérea bandera y orgullo de Estados Unidos.

Ramsa fue el origen de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam). Víctor Manuel Hernández, su actual director, trabajaba en esa compañía de capital mayoritario extranjero.

Tras su desaparición Hernández se fue a un puesto en la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Ahí conoció en 1984 a Carlos Morán, quien era el titular del organismo, hoy Subsecretario de Transporte.

Posteriormente Hernández ingresaría a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), como apoyo en labores administrativas. En los gobiernos neoliberales se mantuvo ahí, hasta que se le perdió la pista.

Raúl Campillo fue fundador del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (SINACTA) y fue defenestrado del Seneam hace ocho años. Hoy es señalado como el principal hostigador de los controladores.

Y es que con el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, tanto Hernández como Campillo se convirtieron en los “gurús” de los temas de aeronavegabilidad de la 4T.

Campillo es el principal asesor de Hernández. Su llegada tensó aún más una relación tirante entre el Seneam y su sindicato, hoy liderado por José Alfredo Covarrubias, a quien le suspendieron sus derechos.

Fue precisamente Covarrubias el que a lo largo de toda esta semana ha denunciado que el rediseño del espacio aéreo en el Valle de México que hizo Víctor Manuel Hernández representa un riesgo de seguridad.

Covarrubias ha documentado ya varios incidentes en los que pilotos han tenido que maniobrar para evitar acercamientos y encuentros. El más comentado, porque se documentó, fue el de un Aeroméxico y un Volaris.

Este jueves pasajeros del vuelo 2417 Dallas-CDMX de American Airlines vivieron dos intentos fallidos de aterrizaje en el Aeropuerto Benito Juárez, que los llevaron a dar vueltas en el Valle de México.

El capitán informó que había otros aviones muy cerca del suyo y que haría un tercer intento de aterrizaje, el cual afortunadamente fue exitoso. Incidentes como ese se están dando ya continúamente.

La 4T encontró en Hernández a la persona idónea para dirigir el Seneam, no solo porque conocía el sector, sino porque fue de los poquísimos que compró el argumento de que el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles y el Aeropuerto Benito Juárez podían operar simultáneamente.

Y Hernández se entusiasmó porque abrir un nuevo aeropuerto implicaba ser partícipe de un gran negocio (compra de radares, sistemas de comunicación, equipos de navegación y de aproximación en tierra).

El problema fue que ni MITRE ni ningún otro organismo de prestigio internacional avaló la operación simultánea de dos aeropuertos que están separados por pocos kilómetros, uno en la CDMX, y otro en Zumpango.

El único fue NavBlue, de la fabricante de aviones Airbus, que irrumpió en el mercado de la aeronavegabilidad. La trajo el exsecretario Javier Jimenéz Espriú. Fue la única que dio la razón a López Obrador.

Sin embargo fue el Seneam el que se echó a cuestas el trabajo del rediseño del nuevo espacio aéreo, presionado por la Secretaría de la Defensa, que exigió los procedimientos para asegurar la simultaneidad.

En un proceso desaseado y al vapor, Hernández y Campillo, que además lo aprovecharon para ajustar cuentas con controladores con experiencias de más de 20 años que fueron excluidos, se hizo el rediseño.

Las nuevas rutas de acceso y salida del Valle de México cambiaron: ahora los aviones vuelan más pegados a los cerros y bajan más rápido, amén de que en algunas salidas y llegadas las rutas se encuentran.

Las aproximaciones y despegues se realizan mediante la Navegación Basada en la Performance (PBN) que permite evolucionar la navegación aérea mediante el uso actual y futuro de la infraestructura en tierra.

Se aprovecha también la tecnología satelital y digital, así como los sistemas tecnológicos avanzados en las cabinas de vuelo, a fin de que las aeronaves puedan navegar en rutas más precisas, directas y eficientes.

Cierto: la tecnología de última generación de los aviones y la capacitación de los pilotos garantizan operaciones seguras. El problema es que el rediseño dejó atrás a los controladores de tráfico del Seneam.

Por falta de presupuesto no hubo capacitación. Con la imposición de la política de “austeridad republicana” de la 4T, a los controladores les bajaron promedio el sueldo de 60 mil a 40 mil pesos mensuales.

Muchos renunciaron y las plazas Hernández y Campillo las sustituyeron con jóvenes sin experiencia y de choque que enrarecieron todavía más la relación con los viejos controladores que aún permanecen.

El Seneam requiere controladores que tengan la capacidad de asistir a los pilotos en el nuevo rediseño, atendiendo a conocimientos de condiciones metereológicas, peso y tamaño de los aviones.

Que tengan la habilidad y destreza para desarrollar, en el momento, recursos y alternativas en situaciones adversas de apoyo a los pilotos en la operación diaria.

Ahora las operaciones no son ni la mitad de las que había antes de la pandemia, las condiciones de nubosidad y de turbulencias son casi nulas por la temporada y el Felipe Ángeles no ha entrado en funciones.

Pero el Gobierno no quiere invertir ni en capacitación ni en equipo para el Seneam. El simulador, fundamental para que esos nuevos controladores acumulen horas de capacitación, reporta fallas.

Y los tres aviones verificadores de procedimientos de vuelos de la Agencia Federal de Aviación Civil, están parados hace dos años y medio porque la 4T no paga las pólizas de seguros.

Lo dicho aquí: el nuevo rediseño del espacio aéreo en el Valle de México es una bomba de tiempo. No era necesario cambiar nada. Pero nadie en Palacio Nacional quiere voltear a verlo.

Juez ordena suspensión provisional contra rediseño del espacio aéreo en el Valle de México

El juez avaló la queja interpuesta por una ciudadana, la cual dijo que pone en peligro su derecho a vivir en un medio ambiente sano.

abril 23, 2021 | 23:09 hrs

Un juez federal ordenó este viernes frenar temporalmente el rediseño del espacio aéreo del Valle de México, tarea que está al cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM).

Y es que concedió una suspensión provisional a una habitante del Estado de México quien dijo que este rediseño le afecta en su interés pues carece de estudios en materia ambientales.

“Se concede la suspensión provisional para el efecto de que se ordene a las autoridades señaladas suspendan de inmediato la ejecución del rediseño del espacio Área del Valle de México que expusieron en los comunicados 045-2021 y 046-2021 y procedan a establecer las rutas establecidas con anterioridad”.

El pasado 25 de marzo, fue puesta en marcha la primera fase del rediseño del espacio aéreo en el Valle de México, la cual contempla las operaciones en los aeropuertos internacionales de la Ciudad de México y Toluca.

La reestructuración del espacio aéreo contempla la aplicación de la Navegación Basada en la Performance (PBN, por sus siglas en inglés), la cual permite que las aeronaves puedan navegar en rutas más precisas, directas y eficientes.

De acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), la PBN se basa en la navegación de área (RNAV), un método de navegación que permite la operación de aeronaves en cualquier trayectoria de vuelo deseada, es decir, permite optimizar las rutas de acuerdo a las condiciones de tráfico sin disminuir la seguridad.

Según la SCT, el rediseño del espacio aéreo podría traducirse en una reducción de hasta el 16 por ciento en el promedio del tiempo de vuelo que operen en el sistema aeroportuario metropolitano, ahorro que se también ayudará a reducir el consumo de combustible de las aeronaves.

Sin embargo, este diario ha dado a conocer un par de incidentes debido a problemas con el rediseño del espacio aéreo.

En el primero, dos aviones viajaban en direcciones encontradas, de frente a la misma altitud, con el riesgo de colisionar, y los controladores no pudieron dar indicaciones a los pilotos porque no tenían la información de coordenadas correctas.

Mientras que, el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta) registró el miércoles un nuevo incidente entre dos aeronaves, esta vez en el espacio aéreo del oriente de Guadalajara, que puso en peligro a los aviones que tuvieron un acercamiento inusual.

En tanto, Víctor Hernández, director general de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), dijo que el rediseño del espacio aéreo no ha registrado incidentes considerados graves y es seguro.

Una foto ilustra la precariedad en la que trabajan los controladores. Este con la asistencia de un respirador artificial por presentar problemas de salud.

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