Playas de Rosarito,18 septiembre 2025.-

Hablar sobre la actuación de la alcaldesa de Playas de Rosarito, Roció Adame Muñoz, al frente de la administración, que no gobierno, del X Ayuntamiento es tener en mente dos aspectos que sobresalen de esa consideración, el quebrantamiento de las proclamas de su adalid político y moral, el peje, no mentir, no robar y no traicionar.

Y la segunda, su exigua capacidad y operación política que mantiene a su administración en vaivenes de gobernanza y gobernabilidad, aunado a su caprichosa postura de no entender que no entiende que su comunicación política hacia sus gobernados es la de una gobernante timorata y deshonesta.

Pero vayamos por partes, primero abordemos el quebranto o la no observación de las proclamas de su Mesías político, no mentir, no traicionar y no robar:

Mintió a los rosaritenses durante toda la campaña electoral al asegurar que su administración sería opuesta a la de su antecesora Araceli Brown Figueredo, que no se toleraría los actos de corrupción en ninguna de las dependencias del gobierno municipal, lo que ha incumplido con singular alegría, porque al igual que su compañera de partido, no solo tolera la extorsión policiaca, la de los inspectores de movilidad o la de administración urbana, sino que la abraza y fomenta con gran entusiasmo.

Traicionó a personas que creyeron en ella y por ello la apoyaron durante la campaña electoral y a quienes les prometió trabajo en su administración y fueron reemplazados por personal traído de otras demarcaciones (Tijuana y Ensenada), lo que ha originado dos situaciones igual de nocivas para la administración y sobre todo para los rosaritenses, ineficiencia en la realización de sus tareas y una gran corrupción.

En lo concerniente al robo, simplemente hay que revisar los sobre costos en los procesos de adjudicación directa que han hecho en la mayoría de los procesos de licitación llevados a cabo hasta el momento y que se encuentran bañados de descaro e impunidad. Como una pequeña muestra de lo expuesto, las botas para bomberos y las cámaras personales para elementos de la policía municipal, ambos productos cuando menos tuvieron un sobre costo del cien por ciento.

En cuanto a la segunda parte es simple de entender, no tiene, mucho menos mantiene liderazgo entre sus subalternos y ni que decir entre sus gobernados, es por eso por lo que en cada dependencia existe una célula de funcionarios que hacen y deshacen lo que quieren y como quieren, especialmente actos de corrupción, sin consecuencia alguna.

Y la mejor muestra de la escasa capacidad y operación política es su capricho pernicioso, desde hace cinco meses, para que más de 60 policías que fueron no aprobados por el C3 en sus exámenes de evaluación a los que fueron sometidos en marzo pasado y que, de acuerdo a lo analizado por el Síndico Procurador, Ricardo Bejarano, los parámetros por los que no fueron aprobados los citados elementos, son causales administrativas que son susceptibles de subsanar y nada tienen que ver con relaciones delictivas que los coloque como agentes peligrosos para la ciudadanía.

Por lo anterior, desde inicios del pasado mes de abril ordenó su restitución, sin embargo, por el capricho de Adame Muñoz no fueron reincorporados por Oficialía Mayor, en perjuicio de los elementos y sus familias al no recibir su salario y de los rosaritenses, que si cuando había los 200 policías la vigilancia preventiva era deficiente, con solo los 90 que fueron aprobados por el C3, la vigilancia preventiva se tornó menos que precaria para el beneplácito y felicidad de los integrantes de la delincuencia común.

Rosarito está en manos de la ineptitud administrativa, la ausencia de liderazgo político y, en la continuidad de la creciente corrupción que tanto se juró combatir.

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