Cultura

HEMOS VIVIDO ENGAÑADOS, EL JITOMATE NO ES NATURAL.

03 diciembre 2021 | AGENCIA DE SERVICIOS DE INFORMACIÓN Y NOTICIAS CIENTIFICAS

El jitomate es uno de los alimentos con el que los humanos han experimentado a lo largo de los años. El origen del cultivo de esta fruta y sus parientes silvestres se remonta a las regiones peruana y ecuatoriana de América del Sur.

El jitomate fue domesticado a lo largo de la región prehispánica conocida como Mesoamérica y llegó hasta Europa atravesado por una infinita cantidad de mutaciones.

Lo que alguna vez fue una baya sudamericana del tamaño de una chícharo, se ha convertido en una fruta con todo tipo de formas y tamaños, desde cerezas hasta frutas de reliquia.

De acuerdo con un artículo de El País escrito por los profesores de genética en la Universidad Politécnica de Valencia, José Blanca y Joaquín Cañizares, durante siglos los seres humanos fueron seleccionando los alimentos silvestres que preferían y los fueron adaptando a las necesidades prevalentes en un proceso conocido como domesticación.

“Desde hace miles de años, los humanos han utilizado medios naturales para inducir la diversidad genética y mejorar los principales cultivos alimentarios”, expone el Organismo Internacional de Energía Atómica en su portal web.

La domesticación del jitomate, es decir, su adaptación a las necesidades humanas, lo ha vuelto genéticamente diverso. La zona donde se encuentra la mayor biodiversidad de esta verdura es en la Cordillera de los Andes, específicamente la Selva alta de Perú o Ceja de montaña, de acuerdo con el científico Leonie Moyle.

“La vasta biodiversidad que observamos en las especies de tomate no fue el resultado de un simple factor evolutivo o ambiental. Es el resultado de un complejo conjunto de recursos genéticos que podemos distinguir con datos genómicos a gran escala”, reveló el autor del trabajo publicado en la revista PLoS Biology.

Los científicos descubrieron que la mutación genómica del jitomate es impresionante pues gracias a esta ha podido adquirir distintas capacidades a lo largo del tiempo. Las variaciones han sido responsables de producir el pigmento rojo en los frutos maduros, la resistencia contra hongos o virus y han permitido que la planta sobreviva en una amplia variedad de entornos.

“Los jitomates modernos deben su color rojo y uniforme a una alteración genética que permite a los agricultores saber con más precisión cuándo recoger el fruto. El lado negativo de esta mutación es que los tomates pierden sabor”, (SINC).

 

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