Crónica del grito en Mexicali: Una luz fugaz llamada Marina del Pilar
Por Cristian Torres Cruz/RADAR/ 16/SEPTIEMBRE /2025.
La noche en que miles se disfrazaron de mexicanos para disfrutar el grito de independencia, un show de caída de drones y la fugaz luz de Marina del Pilar.
Mexicali. Garnachas, gringas, tamales, sombreros, hieleras de contrabando y acarreados, todos los ingredientes puestos para disfrazarnos de mexicanos, sin importar que los atuendos sean de “Las Adelitas” revolucionarias y no de indígenas quienes fueron los protagonistas 100 años antes de la Independencia de Méjico, así con j de «Jelipe» diría en tono de chiste mi tío el borrachal. En el costado derecho del escenario ingresaron “los de bienestar”, hasta mero enfrente, con la intención de apagar cualquier grito que no fuera “Marina o viva México».
Los “descargaron” en la calle del Hospital, de ahí fueron acompañados por una larga tira de vallas de metal que rompieron la explanada de los Tres Poderes en dos. Acceso único, con pulsera que incluyeron transporte y cena, como buen acarreado, no importa llevar más piedras al río, gobierno paga..
Fue desde el viernes que las autoridades estatales cerraron las calles aledañas al Centro Cívico, ahora todo el contingente estaría sobre la avenida Independencia y Pioneros en donde se realizó la fiesta. Miles fueron a celebrar, a vivir la fiesta mexicana, otros, a disfrutar los antojitos mexicanos, los juegos, el “no hay nada que hacer en Mexicali”, y muchos más a disfrutar la Banda MS, había que desquitar los 9 millones de pesos que cobró el conjunto sinaloense.
Previo al grito, un grupo versátil, con mucho entusiasmo, mucho repertorio pero poca afinación, mantuvieron el ánimo por más de hora y media, los clamatos y los “azulitos” hicieron el resto.
Al filo de las 10 de la noche, el grito de Claudia Sheinbaum retumbó en las pantallas gigantes: “¡Mexicanas y mexicanos, viva la independencia!”, “¡Viva México!”. No terminaban de sonar las campanas de la Ciudad de México cuando la trompeta de la banda de guerra de la Segunda Región Militar entonó “atención”.
No hubo tiempo de abuchear, de gritar, de manifestarse, de pensar, no se transmitió en las pantallas la ceremonia, únicamente una mujer salió al balcón y empezó a tocar la campana. El ojo poco a poco permitió enfocar, se trataba de la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda quien llegó directo, como visita en domingo por la mañana, sin anunciarse.
En el balcón no había invitados especiales, no había familia, únicamente la gobernadora acompañada de algunos militares. “¡Vivan los hombres y mujeres que nos dieron patria y libertad!”, fueron 2 minutos de viva yo, mi apa y la chona, luego volvió a agitar las campanas y así como llegó, se fue, entre tinieblas.
Fueron pocos segundos de silencio absoluto, tal vez dos segundos o menos, como 5, tiempo suficiente para que un señor valentonado gritara “¡fuera Marina!”.
Pocos, pero algunos aprovecharon para abuchear, no hubo más tiempo, la música retumbó nuevamente. Para cuando se entonó el himno nacional la gobernadora ya había desaparecido, se apagaron las luces del balcón.
Casi instantáneamente apareció un centenar de drones, esos que costaron casi un millón de pesos para celebrar la independencia a favor de la empresa Sky Precision S.A. de C.V. que de precisión no tuvo nada.
La primera imagen fue una campana, luego una mujer con una bandera de México, al fondo se vio la caída de uno de los drones, la mujer se convirtió en un pequeño mapa de las dos Californias.
Más drones al piso, en un momento, el espectáculo se convirtió en una lluvia de estrellas fugaces en donde los drones empezaban a caer como pequeñas estelas de luz rompiendo el acrobático equilibrio entre los demás artefactos voladores.
Con la caída de más aparatos, las figuras perdieron sentido, parecían todo y nada..
Sabíamos que era algo, en un momento creí ver la figura de Batman, en realidad creo que era un águila, tenía más sentido pero menos forma.
Luego del vuelo del “Pichón Real”, empezaron a caer grandes pelotas de plástico, voló confeti por todos lados. “Me gustas tanto que ni te imaginas”, sonó a todo volumen, las figuras de la Banda MS surgieron entre las sombras y el espectáculo comenzó.