¿Cómo pueden ayudan los videojuegos a niños y adolecentes?
- La Dra. Carla Márquez, del Departamento de Psicología, destaca que los videojuegos permiten a niñas, niños y adolescentes tomar decisiones.
MÉXICO,09 OCTUBRE 2025.-.- Uno de los beneficios del uso de los videojuegos en niñas, niños y adolescentes es que les permite tomar decisiones que requieren determinadas habilidades cognitivas en un espacio seguro, afirmó la Dra. Carla Alejandra Márquez Muñoz, Académica de Tiempo Completo del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México (CDMX).
La investigadora en el Laboratorio de Neurociencias y responsable del área de procesos básicos dentro del Departamento de Psicología señaló que niñas, niños y adolescentes sí pueden aprender determinadas reglas a través de los videojuegos, lo cual tiene ventajas para que las mamás y los papás pongan límites en la vida real.
«Los videojuegos están bastante satanizados, pero las familias los ocupan porque son necesarios para su ocio. Todas y todos tenemos derecho a una actividad recreativa. Cuando las y los hijos juegan videojuegos nos sentimos malos papás o mamás porque no están haciendo la tarea, o porque quién sabe que está aprendiendo, pero creo que hay que tener una visión más neutral», apuntó.
Sobre el uso de videojuegos con violencia en menores, dijo que los hay con violencia mesurada como el Super Mario Bros y otros más violentos que las madres o padres pueden usar a favor pedagógicamente para explorar por qué les interesan esos temas y abordarlos para conocer sus habilidades socioemocionales.
Limitar su usocuando se vuelven una obsesión
La Dra. Márquez Muñoz apuntó que las madres y padres tienen que decidir qué videojuegos van a jugar y por cuánto tiempo porque cuando se vuelven una obsesión la recomendación es limitar su uso porque una gran desventaja es que los videojuegos dan recompensas inmediatas que generan que el cerebro segregue dopamina constantemente, situación que en el mundo real no sucede.
«Si yo tengo un niño de seis años que está aprendiendo a leer o a hacer operaciones matemáticas y lo tengo enganchadísimo en los videojuegos, leer le va a costar muchísimo más trabajo que a un niño que no juega videojuegos, porque leer o hacer operaciones matemáticas requiere de muchísimo esfuerzo mental», advirtió.
Recomendó que padres y madres sí tienen que conocer de videojuegos, adentrarse a ese mundo y cuando se trate de un juego violento preguntar a sus hijas e hijos por qué les gusta, pero si hay alguno que les cause cierto impacto, las madres y los padres están en todo el derecho de prohibirlo.
Enfatizó que la desventaja más grande de los videojuegos es que ahora los podemos jugar en línea con personas desconocidas, pero si hay algún riesgo se puede elegir un control parental para protegerles de ciertos peligros o personas extrañas que tal vez podrían hacerles daño.
«Hay que actuar más desde lo racional, las estrategias a implementar y en su caso poner límites (…) Una alberca puede ser peligrosa si no sabes nadar, igual que un videojuego lo puede ser. Qué tenemos que hacer, aprender a nadar porque puede ser una actividad beneficiosa y una pasión muy saludable», acotó.
Puntualizó que en general la sociedad ve a los videojuegos como algo muy negativo, cuando en realidad se le pueden sacar beneficios cognitivos y el ocio es uno de ellos porque es un momento de descanso que les permite poner a prueba determinadas situaciones de la vida real en un espacio seguro.
Congreso de Baja California recibe iniciativa para «uso responsable» de tecnologías de la información de niñas, niños y adolescentes
En su exposición de motivos señaló que el abuso de la utilización de dispositivos electrónicos, obstaculiza la comunicación efectiva; y el fortalecimiento de vínculos familiares basados en el apoyo y la confianza mutua.
La falta de interés en conversar, reír, socializar y participar en actividades al aire libre ha disminuido, por la creciente necesidad de mantenernos conectados a través de estos dispositivos. Lo que genera problemas de desarrollo y aprendizaje, como dificultades de atención, concentración y memoria.
A este fenómeno, son especialmente vulnerables los niños, puesto que su uso excesivo, los expone a riesgos para su salud física y mental, incluyendo problemas de sueño, agresividad y depresión. Y la falta de comunicación entre padres e hijos por la distracción digital, también contribuye a este panorama desafiante. 
Esto no quiere decir que el uso de los dispositivos electrónicos sólo influya de manera negativa, debido a que en la mayoría de los casos, los hijos puedan tener un medio de contacto rápido y directo, pues compartir su ubicación con sus padres, trae tranquilidad y seguridad a la familia.
Precisamente, ante esta responsabilidad y como legisladores, dijo que surge la iniciativa de adición a la citada Ley estatal, con el objetivo de regular los altos índices de consumo de dispositivos electrónicos en las dinámicas familiares, así como el uso de estos, en el desarrollo integral de la niñez y la adolescencia.
Según estudios internacionales como el de la Asociación de Pediatría Canadiense y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México los niños de siete años ven alrededor de cinco programas de televisión al día, pasan entre siete u ocho horas diarias en las pantallas y, en vacaciones hasta 15 horas; mientras los adolescentes pasan 12 horas diarias en sus celulares.(texto tomado de UNIRADIO)









