Opinión

COVid 19 Y CÁNCER. Por el doctor Homero Fuentes de la Peña

 

Especialista en Oncología Médica.                                                                           Presidente de Pro Oncavi A.C./ 25  marzo 2020/

 

Vaya contingencia la que estamos viviendo TODOS, sí, en este mundo globalizado COVID-19 es cosa de TODOS, mucha información, muchos artículos útiles y también mucha “rumorología” y desinformación, empezaremos por el principio y por aquello que tiene un respaldo confiable y práctico para sobrevivir a esta pandemia.

Se le llama Endemia a aquel proceso que afecta en una zona mantenida en el tiempo, por ejemplo, la infección por Helicobacter pylori en la región del Sureste de México (asociado con el Cáncer de Estómago). Hablamos de una Epidemia cuando se afecta a un mayor número de personas en una población en un tiempo determinado (un brote de sarampión como el reciente en nuestro país, por ejemplo), y nos referimos a una Pandemia cuando existe una propagación mundial de una nueva enfermedad por un virus nuevo o uno existente que ha mutado y que por ende, implica carencia de inmunidad para él, esto, sin duda, es lo que estamos viviendo ahora.Busca Pro Oncavi hacer cultura de la prevención del cáncer de ...

Desde el 31 de diciembre del 2019 la provincia de Wuhan en China fue el sitio geográfico de la detonación del Coronavirus, presumiblemente, de origen zoonótico, es decir, transmitido de los animales al hombre (del murciélago al pangolín y de éste al hombre). En general los virus de los animales no suelen infectar al hombre y en la COVID-19 tampoco hay evidencia alguna de que nuestras mascotas puedan ser receptores o transmisores del SARS-CoV-2: “Severe Acute Respiratory Syndrome”, asociado a coronavirus tipo 2”, denominación correcta de este virus, la enfermedad se denomina COVID-19 y proviene de Coronavirus Disease (“enfermedad” en inglés) que “trae de cabeza” al mundo entero.

El SARS-CoV-2 pertenece a la familia Coronaviridae y al género “beta” de donde salió el SARS-CoV-1 en el 2003 y ahora el SARS-CoV-2. Nuestro problema actual, es un virus de RNA de una sola cadena que pesa 22 nanogramos, lo que le impide desplazarse en el aire más allá de 1.5 a 2 metros de distancia, sin embargo, cuando estamos expuestos a un estornudo o a la tos de una persona contagiada, guardar “Susana Distancia” es definitivamente recomendable. Ahora, esta no es la forma más sencilla de transmisión, no son estas gotas de “flush”, el contagio es más fácil a través de lo que tocamos, de ahí que las múltiples publicaciones existentes sobre la técnica de lavado de manos eficiente y el uso de guantes protectores deben ser prioritarios, el virus no traspasa la piel, pero es capaz de introducirse por la mucosa de la boca, nariz u ojos, de ahí la recomendación de no tocarnos con las manos estas cavidades.

Por otro lado, el SARS-CoV-2 es capaz de sobrevivir en superficies metálicas y de otros materiales por varias horas o días inclusive, lo que lo hace más fácilmente transmisible, de hecho es muy contagioso y puede también resguardarse en la ropa que utilizamos, por fortuna esa fácil transmisibilidad contrasta con mecanismos relativamente sencillos para erradicarlo, el principal de ellos es simplemente el uso frecuente y adecuado del agua y jabón las veces que sean necesarias, la limpieza de las superficies, chapas, pasamanos, llaves, carteras, monedas, billetes, teclados de computadoras, teléfonos móviles, etc., etc., con detergentes, geles con 70% de alcohol o desinfectantes con cloro, finalmente la conciencia y el confinamiento en casa por al menos 14 días reducirán drásticamente las posibilidades de enfermarnos.

Adicionalmente el virus también contrasta con su fácil transmisión, con un índice bajo de fallecimientos asociados (3% en promedio), tiene un periodo de latencia de 2-14 días, tiene estancia en la garganta y posteriormente progresará a una Neumonía Viral Atípica; si el paciente es mayor de 60 años o padece Diabetes, Hipertensión, Cáncer o alguna otra situación debilitante, incluso en la hoy llamada “cuarta edad” (mayores de 80 años), la mortalidad aumentará incluso hasta en un 7-10% y es justamente esta población vulnerable la que debe preocuparnos primordialmente y que es el motivo principal de esta publicación.

El Dr. Steve Pergman en el Hutchinson Cáncer Research Center o publicaciones muy recientes en Lancet Oncology por Roxanne Nelson, nos muestran con claridad que en particular, pacientes con neoplasias hematológicas: Leucemias, Linfomas, Mielomas y pacientes bajo regímenes de Quimioterapia o trasplante de células madre, son sin duda más vulnerables y presentarán una mortalidad mayor, sin embargo, ¿cuáles serían las medidas más adecuadas en estos pacientes?: A) manejo adecuado del estrés, B) dormir y comer saludable y suficiente, C) activación física moderada. Todo ello, obvio, sumado a lo ya comentado: lavado de manos, protección con guantes, además del uso de la mascarilla o cubrebocas y la sana distancia.

En el ánimo de informar sin “subestimar” ni tampoco espantar”, la pandemia por SARS-CoV-2, nos da unos datos que me parece son importantes en caso de tener la exposición directa con una persona infectada: En condiciones habituales, las personas sin cáncer tendríamos solo el 20% de posibilidades de enfermar aun estando en contacto directo, o sea 80% de las veces nuestro sistema inmunológico vencerá al virus y solo en el 3% de las veces vamos a morir al adquirir COVID-19, pero con los pacientes debilitados o cursando con tratamientos hematoncológicos es diferente, por supuesto tendrán un mayor riesgo, situación suficiente para mantenerlos en aislamiento protector, extremar la higiene, la alimentación, las horas de sueño, la canalización óptima del estrés y todo lo necesario.

En el mundo actual habitamos alrededor de 7,530 millones de personas, es importante recordar, esta no es la primera vez que los humanos enfrentamos una pandemia, en el siglo XIV en los años 1346-1347, la “peste bubónica” o “peste negra” producida por una bacteria y que tuvo un período de contagiosidad de 39 días (de ahí el término cuarentena); produjo la muerte en el 31% de los afectados en un período de 1 año, esto significó 25 millones de muertes en Europa. La propia Gripe española en 1918, terminó con la vida de 1 de cada 20 infectados.

COVID-19 no tendrá jamás esa tasa de letalidad a pesar de su alta contagiosidad y aun en pacientes con Cáncer o con algún otro tipo de situación vulnerable, ya se está utilizando una vacuna y probando algunos medicamentos de manera un tanto experimental, pero que parecen ser, al menos parcialmente útiles y seguramente someterán a esta enfermedad en un tiempo relativamente corto. Por ahora, es importante entender que si bien no creo que necesitemos estar en cuarentena, sí necesitaremos estar al menos en catorcena, pues el lapso de transmisión elevada del SARS-CoV-2 dura hasta 14 días, después de estos días se acaba la contagiosidad y si el paciente ya sanó seguramente generó inmunidad por sus propios anticuerpos.

La cifra de personas infectadas en el mundo hasta la tercera semana de marzo supera ya los 265,000 casos y en México hemos llegado casi a los 500 casos confirmados, con tan solo 5 muertes. Seguramente las cifras de enfermos y las muertes seguirán creciendo en las próximas semanas, pero en mucho, de nosotros dependerá el curso de esta pandemia, si seguimos las recomendaciones y somos prudentes, seguramente la posibilidad de infectarnos será muy baja y estaremos a salvo.

Una recomendación especial es para los familiares y cuidadores de nuestros pacientes de la 3ª y 4ª edad, para nuestros pacientes “debilitados”, para los enfermos de Cáncer, ellos tienen mucho más riesgo, hay que extremar precauciones, hay que exagerar con la limpieza y el aislamiento protector, hay que hacer todo lo posible para que no se contagien y desarrollen la Neumonía Atípica COVID-19, que a ellos sí pudiera matar. Hay que fortalecerlos emocionalmente, apoyarlos para que no sufran ansiedad, estrés y preocupación, pues además de su proceso ya de por sí complicado al estar enfermos de cáncer, el pensar que pueden agravarse por el COVID-19 puede deteriorar aún más su estado de ánimo. Protejamos no solo su salud física, también su salud mental y espiritual. Trabajemos en equipo, sigamos indicaciones ante la emergencia y seamos corresponsables en el cuidado de nuestra salud y ante cualquier duda consultemos a los expertos y busquemos fuentes serias de información.

Atte. Dr. Homero Fuentes de la Peña.

PRO ONCAVI A.C.

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